15 de mayo, San Isidro
San Isidro Labrador es el Patrón de Madrid desde 1212. Y desde 1960, San Isidro también es el Patrón de los agricultores y campesinos en España. La capital madrileña celebra anualmente una semana de fiestas en torno al 15 de mayo, por ser esta fecha, del 15 de mayo, el día la festividad de San Isidro Labrador.
Muerto en 1172, Isidro, como pobre de solemnidad que era, fue enterrado en el cementerio de su parroquia, San Andrés, en Madrid, dentro de una tosca caja de madera sin cepillar. Como los prodigios y milagros de Isidro seguían corriendo de boca en boca y ante la insistencia del pueblo de Madrid, cuarenta años después de su muerte el cuerpo de Isidro fue exhumado y se le dio sepultura en el interior del templo. Se comprobó entonces que el cuerpo todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo.
Cuando Alfonso VIII llegó a Madrid, tras haber derrotado a los árabes en las Navas de Tolosa, ordenó exhumar el cuerpo de su sepultura románica, para colocarlo en una arca bellamente policromada con escenas de la vida de Isidro. Más tarde, el Obispo de Plasencia, Don Gutiérrez, construyó la capilla aneja a la Iglesia de San Andrés, depositando en ella los restos de Isidro, aunque para el fervor del pueblo, ya era San Isidro.
A instancias de Felipe III, el 14 de junio de 1619, el papa Paulo V pronunció la beatificación de Isidro, siendo este acontecimiento esperado largo tiempo por el pueblo de Madrid, por lo que se celebraron grandes festejos en la ya entonces capital de España, en el transcurso de los cuales se inauguró la Plaza Mayor de Madrid. Por aquel entonces se fijó la fecha del 15 de mayo como el día de celebración de su fiesta anual.
El papa Gregorio XV canonizó a San Isidro el 12 de marzo de 1622, pero la inesperada muerte del Pontífice hizo que la declaración solemne de santidad de Isidro se retrasara un siglo más, hasta la expedición de la Bula de Canonización de San Isidro "Rationi Congruit", firmada por el papa Benedicto XIII, el 4 de junio de 1724.
En 1657, el arquitecto fray Diego de Madrid comenzó a edificar la Capilla de San Isidro, primer ejemplo de la arquitectura barroca madrileña, aneja a la Iglesia de San Andrés, destinada a albergar la urna de las reliquias del Santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669.
Posteriormente Carlos III, en 1789, ordenó que las reliquias del Santo fueran trasladadas a la Iglesia de San Francisco Javier, integrada en el antiguo Colegio Imperial de los Jesuitas. El espacio fue transformado en colegiata por Ventura Rodríguez, pasando a denominarse Real Colegiata de San Isidro. La Colegiata fue elevada a la categoría de Catedral provisional de Madrid en 1885. En ella reposan actualmente los restos mortales de San Isidro, Patrón de Madrid, y de su esposa, Santa María de la Cabeza.